lunes, 1 de febrero de 2010

La muerte como mercancía



Nuestros rituales y nuestro comportamiento frente al fenómeno de la muerte ha conocido importantes modificaciones en los últimos años, hoy el proceso de mercantilización de la vida cotidiana ha convertido a la muerte, sus rituales y ceremonias, en una mercancía más.

Hasta hace pocos años la gente solía morir rodeada de su família, en su propia casa y en su ropia cama. Hoy sucede lo opuesto, se muero solo, en una anónima cama de hospital. Esto se debe en buena parte a que la muerte se ha convertido en un fenómeno negado, del que no deseamos saber nada, ni siquiera mencionarla. También hemos creado una gran cantidad de eufemismos para nombrarla sin llamarla por su nombre: "partir", "fenecer", "ser llamado a rendir cuentas", "el último sueño"... Tan es así que a los niños se les oculta lo más posible la comprensión de la experiencia que no sabemos cómo hablarles de ello.

La negación de la muerte ha motivado el desarrollo de fenómenos como la Tanatología como práctica que nos enseña a bien morir y a comprender mejor el fenómeno de la muerte, a no negar su existencia. También se han desarrollado los grupos de auto-ayuda y la literatura popular que brinda consejos y consuelos.



Anteriormente la muerte era un fenómeno más cotidiano de lo que es hoy en día. Era frecuente que algunos miembros de la familia murieran de pequeños, además la experanza de vida tampoco era muy larga, por lo que las familias estaban acostumbradas a vivir la experiencia de la muerte en su propia casa. Ella misma se encargaba de hacer todos los arreglos, de velar a los muertos, vestirlos, dirigir los rosarios y los novenarios. Hoy por el contrario la organización de las exéquias corre a cargo de profesionales y casas funerarias. En las funerarias, sobre todo en aquellas pertenecientes a cadenas regionales o nacionales, existen paquetes para los distintos bolsillos que buscan preservar, en el más allá, el estatus del difunto y su familia: embalsamamiento, ataúd, traslados, salas-capillas de velación, aviso impreso en las secciones de obituarios y esquelas de la prensa, café y refrescos, etc.



En las secciones de las esquelas y obituarios podemos ver cómo los familiares, los amigos y los compañeros de trabajo se esmeran por resaltar el estatus del difunto mediante esquelas grandes o vistosas (dentro de su sobriedad). Un notable tendrá numerosas esquelas, incluso publicadas a lo largo de dos o tres días sucesivos, mientras que alguien con poco estatus apenas tendra algunas pocas. En algunas esquelas no es extraño encontrar publicidad de la empresa que manda su publicación, ahí suelen aparecer logotipos y frases publicitarias. Para los diarios las esquelas siguen siendouna importante fuente de ingresos.



También los muertos son empleados para darle publicidad a ciertos productos, principalmente se trata de personajes célebres: Lenon, Eistein, Picasso han "prestado" su notoriedad para Apple o compañías de seguros de vida.

Los cementerios privados emplean nombres que evoquen la tranquilidad, el descanso y el reposo como estratégia para hacerlos más atractivos: Recinto de la Paz, Parque-Funeral, Jardín del Recuerdo, Valle de Paz. Los contratos para el reposo incluyen contratos por 20 años o a perpetuidad.

La arquitectura de las capillas y tumbas también son una forma de recordar el estatus que el difunto tenía en vida. Es célebre el caso del "cementerio de los narcos", Jardínes de Humaya, en Culiacán, Sinalóa, México. Ahí los narcotraficantes difuntos compiten en distinción e importancia a través de la arquitectura de su tumbas.



Aunque sepultar a alguien es una práctica que también empieza a modificarse. La cremación del cuerpo es una práctica en aumento, debido principalmente a que es práctico, es barata y las cenizas del difunto pueden ser guardadas o esparcidas de distintas maneras(en el mar, al pie de un arból). Nuevos servicios se ponen a la venta: llevar las cenizas al espacio, convertirlas en un diamante artificial. Algunas empresas también ofrecen el servicio de criogenización, otros más aspiran a la clonación. En Internet han florecido los cementerios virtuales.



Los cementerios privados, muchas veces con una estética anglosajona, ofrecen múltiples servicios para hacer más agradable la estancia al difunto y a sus deudos: césped siempre verde, árboles, regadio frecuente, música clásica, misas mensuales y hasta alarmas en los ataúdes (por el miedo a ser enterrados vivos).

Los rituales han conocido pues una importante evolución hacia el lujo y la solemnidad, que antes se reservaba para los personajes de la nobleza y el Estado, hoy están al alcance de quien quiera y pueda pagarlos.

En el mundo anglosajón se ofrecen los servicios profesionales de escritores que se encargan de redactar las "últimas palabras" para aquel que va a morir. También en Internet es posible encontrar servicios de cartas de condolencias y discursos fúnebres "pret-à-porter", así como la trasmisión on line para aquellos familiares que se encuentran lejos. Algunas agencias de viajes y líneas aéreas también ofrecen paquetes y descuentos por "condolencias" y las compañías de seguros ofrecen préstamos para esos "imprevistos". Nuestras mascotas también acceden a la posteridad gracias a los nuevos cementerios para mascotas.



El día de muertos en México ofrece un panorama amplio de celebraciones: serenatas y conciertos, flores, ofrendas, altar de muertos, calaveras (las frases jubilatorias y festivas publicadas en los diarios), más calaveras (de cartón, azúcar ochocolate), papel picado, pan de muerto, disfraces de Halloween para los niños, fiestas de disfraces para los jóvenes y adultos. La industria de la florería vive prácticamente de dos grandes fechas en el año: el día de la madre (10 de mayo) y el día de muertos (1 y 2 de noviembre).



La muerte de alguna celebridad también da paso al consumo de su obra o sobre su vida: Jean-Michel Basquiat, John Lennon, Andy Warhol, Michel Jackson, Frida Kalho. Los calificativos con lo que se les describen son rimbombantes y buscan resaltar su "pureza", "genio", "talento", "visionario" (moral, artística, profesional), que en el fondo encubren intereses comerciales. Los aspectos obscuros de sus personalidades sirven para justificar que eran personajes manipulados y explotados por sus envidiosos adversarios, describir su naturaleza atormentada, ser incomprendidos.

El turismo mortuario también ha conocido un importante desarrollo, de forma que visitamos los cementerios (Père-Lachaise en París, el panteón de Dolores en la Ciudad de México, el panteón de Belén en Guadalajara), la tumba de los famosos (Jim Morrison, Julio Cortazar, Carlos Marx, Franz Kafka), los cuerpos embalsamados (Lenin, Mao), los santuarios (Taj Majal, San Juan de los Lagos, Zapopan, Guadalupe).



Por supuesto que la muerte es motivo de infinidad de ceremonias, fiestas y ritos populares que se muestran muchas veces a través de las artesanías. La revista Artes de México ha publicado varios números donde se da cuenta de algunas de ellas; pintura, fotografía, escultura, música, cerámica...



La prensa amarillista también explota el morbo alrededor de la muerte para vender ejemplares: muertos, decapitados, ajusticiados, asesinados, accidentados.



La muerte juega un papel importante en la "santificación" de la música rock pues mdiante ella crea sus "mártires", quienes han dado su vida por la causa.

El body art también juega con los cuerpos, como la plastificación que realiza el Dr. Von Hagens o del grupo Semefo, que también trabaja con cadáveres.