
Sin negar las determinaciones biológicas en la preponderancia de la mano derecha sobre la izquierda (entre el 8% y el 12% de la población es zurda, y de ellos el 60% son hombres y el 40% mujeres), Hertz reflexiona sobre las determinaciones sociales en la asimetría. Por una parte, la educación de la mano izquierda en ciertos oficios (tocar algún instrumento de música, en la cirugía) multiplica el campo de acción del hombre y hace del ambidiestro una persona con ciertas ventajas sociales y culturales. Por la otra, el mayor problema está en las representaciones sociales en torno a los significados atribuidos a la mano izquierda y a la mano derecha.
En el primer caso son casi siempre negativas, mientras que en el segundo son siempre positivas. La izquierda implica torpeza, traición y mala suerte, mientras que la derecha recuerda la rectitud moral, la habilidad y el coraje.
Multitud de expresiones que usamos en la vida cotidiana lo demuestran: "levantarse con el pie izquierdo", "tener dos pies izquierdos", en México empleamos el sinónimo "chueco" para señalar lo "no derecho" (en sentido moral); "me jugó chueco" (no derecho), "sentarse derecho (no chueco)", "levantarse con el pie derecho", "es una persona derecha (moralmente recta)", "es muy diestro (hábil), "es la mano derecha del jefe".
La mano derecha es con la que saludamos y estrechamos las manos, con la que juramos y hacemos promesas, con la que cerramos los tratos y juramos un nuevo cargo o responsabilidad. Cruzamos los dedos de la mano izquierda atrás de la espalda para señalar nuestra intención de no cumplir una promesa o un trato, con la mano izquierda apuñalamos a traición mientras mantenemos a alguien tomado con la otra mano (en México, la "puñalada trapera" originalmente significaba el desgarre de la ropa o de la carne al no ser una puñalada limpia, hoy significa ser defraudado o traicionado).

En la antigüedad ser zurdo era motivo de discriminación, hoy las cosas han cambiado ligeramente pero el estigma no ha desaparecido del todo. Son comunes las anécdotas de niños a los que se les ataba la mano izquierda a la espalda o se les pegaba en la mano con una regla para obligarlos a escribir con la mano derecha. En el mundo árabe es una (grave) ofensa saludar a alguien con la mano izquierda, costumbre que se remonta a la era pre-industrial cuando el papel sanitario era muy escaso y el agua demasiado valiosa como para lavarse las manos, por lo que la gente destinaba la mano izquierda a limpiarse después de ir al baño y la derecha para comer (en el mundo árabe se suele comer sin cubiertos, directamente del plato común). En la antigua China el lado izquierdo era el lado "malo", sinónimo de inmoral o ilegal. En la enseñanza católica se dice que los elegidos estarán sentados "a la diestra del Señor", mientras que los condenados lo estarán a la izquierda. Un estudio británico publicado originalmente en 1991, "El misterio de la muerte temprana de los zurdos" (The Left-handers Early Death Mystery), hoy totalmente desacreditado, afirmaba que los zurdos vivían en promedio 9 años menos que los diestros, víctimas de su "dolencia", hoy se considera que los zurdos sufren más accidentes y muertes debido a que los instrumentos y objetos de la vida cotidiana no están hechos para sus necesidades (por ejemplo, los botones de seguridad de innumerables herramientas se encuentran en el lado derecho).
En muchos idiomas "derecho" se emplea como sinónimo de justicia, legal, hábil, justo y correcto, mientras que "izquierda" lo es de torpe, traicionero, siniestro (del latín, sinister; "a diestra y siniestra"), malo, desafortunado, taimado y engaño. La palabra "ambidiestro" no es menos prejuiciosa, pues significa "tener dos derechas".


Una pregunta frecuente respecto a este tema es sobre el origen de las "izquierdas" y "derechas" en la política. Esta distinción viene de la Francia revolucionaria de 1792, cuando en la Asamblea Constituyente los radicales se sentaban a la izquierda del presidente de la asamblea, los conservadores a la derecha y los moderados al centro.
Una reflexión interesante la de Hertz, que nos revela más sobre la construcción de los sistemas de orden social y las representaciones colectivas sobre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto y los sistemas de premios y castigos.
